sábado, 15 de mayo de 2010

NUESTRA RELACIÓN HABITUAL CON LAS IMÁGENES

Al ver una imágen podemos entederla de varias formas:
  • Como representaciones que transmiten una información (fotografías descriptivas, imágenes que cuentan historias, banderas, logotipos...).
  • Como obras puramente estéticas (sólo muestran un estilo, un color, una técnica...).
  • Como proyecciones de algo interior (su autor, una fe, una "huella"...).
Sea cual sea el tipo de imágen, la reacción inicial es casi siempre la misma: al principio sólo lo vemos como una representación, pero normlamente no es sólo eso; debemos pararnos a pensar qué significa.

En mi opinión, estamos tan masivamente rodeados de imágenes y representaciones que nos habituamos a mirar, pero sin ver. Es decir, vemos un cuadro y pensamos: sí, unas rayas y dos churretes, nada más; pero no nos paramos a descifrar qué es lo que nos han intentado comunicar con ello, qué sentimientos nos despierta, qué dice de nosostros ese cuadro... Y es que lo considero algo difícil de sacar, pero deberíamos concienciarnos más visualmente, en general.

Las imágenes son parte del diálogo que establecemos con la realidad, mediante el que "vemos" la realidad, mediante el que llegamos a ser realidad. Y aquí es donde tiene un papel muy importante la publicidad. Estamos tan habituados a que nos bombardeen con imágenes cargadas de contenido ideológico y demás, que la sociedad puede cambiar como consecuencia de lo que esta publicidad consigue. Y, ¿cómo se da este paso? Cuando a publicidad se hace realidad: la publicidad y la creatividad juegan un papel muy importante y al sociedad las demanda.
Tan frágil puede llegar a ser la frontera que separa las imágenes de la realidad, que peude llegar a confundirse. En clase, se mencionó el tema de los dibujos animados actuales, cargados de violencia, y se planteó la siguiente pregunta:

¿Qué podemos hacer, como padres, con esos dibujos?
Yo creo que, hoy en día, no podemos ir persiguiendo todo contenido considerado "nocivo" de alguna manera para los niños, ya que entonces tendríamos que revisarlo todo. Es evrdad que este tema de las series de dibujos es más delicado porque supuestamente están hechas para ellos y por tanto son una influencia más directa, ya que los niños tienden a imitar lo que ven y, si ven violencia, es probable que tiendan más a ser violentos que si no la ven. Llegados a este punto, creo que debemos no culpar tanto a las imágenes, las series y demás, y pararnos a pensar en el papel de los padres como educadores: sí, es verdad que quizás hay programas en la televisión que no son adecuados para los niños,pero también están los padres ahí para decir: "Esto se ve y esto no se ve", o sin ser tan estrictos, para dialogar con el niño, educarlo en valores, algo que se me hace raro decir porque lo veo tan obvio... pero que no siempre se da. Creo que si un padre educa adecuadamente a su hijo y le señala lo que está bien y lo que está mal, ese niño podrá diferenciarlo cuando lo vea por televisión y sabrá lo que tiene que imitar y lo que no.

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